Villalonga: “No soy del PRO pero decidí participar”

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Si bien asegura no estar de acuerdo con todas las ideas del PRO, el paso de Juan Carlos Villalonga de líder del partido Los Verdes a Presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires (Apra) no vino sin controversia. Sus críticas a Mauricio Macri y al manejo de la Ley de Basura Cero lo habían transformado en uno de los ambientalistas más negativos sobre la gestión. En una entrevista exclusiva con Claves 21, Villalonga explica las razones que lo llevaron a aceptar el cargo, asegura tener libertad absoluta en su trabajo y pide cambios a la Ley de Basura Cero.

-¿Cómo te definirías? ¿Sos un político ocupado en temas ambientales o un ambientalista ocupado en la política de estado relacionada con esa temática?
–No soy ambientalista o ecologísta, como mucha gente que se ve afectada por un emprendimiento o porque simpatiza emocionalmente con determinada causa. Lo mío es diferente ya que llegué a lo ambiental a través de la lectura de ciertos políticos y activistas del incipiente movimiento verde que comenzaba a globalizarse. Era una convicción política que cuestionaba la sociedad de consumo. Me convertí en un activista verde y participé del Partido Instransigente.

-¿Qué cambió con la llegada de la democracia?
-Decidí ponerme a trabajar en el ámbito de las organizaciones no gubernamentales porque vi que era el momento para que las ONG hicieran visible una cantidad de problemas con otra mirada. Pero siempre vi esa labor como pasajera, una transición hasta que esa mirada pasara a ser parte de políticas públicas. Siempre me consideré un político ya que un ecologísta es siempre político, El ambientalista procura ser neutral y no hacer una crítica profunda a la sociedad, mientras que un ecologista en cambio va más alla.

-¿Qué diferencias encontrás entre estar trabajando desde dentro de la gestión de gobierno y actuar desde el ámbito de las ONGs?
-Pasé a estar dentro de la gestión pública y eso era lo que me interesaba. Sigo siendo el mismo de siempre pero ahora tengo muchas más responsabilidades y tengo que aprender a poner prioridades. Al estar del otro lado, siempre demandé gran cantidad de cosas pero ahora me di cuenta en este rol que no se puede hacer todo junto. Además, en una ONG es bastante más sencillo el proceso de toma de decisiones, mientras que acá es muy largo con muchas personas e intereses involucrados.

-¿Tu paso por la gestión del PRO es entonces parte de un proceso de formación personal o el camino que elegiste para llegar a las metas ambientales que te proponías estando afuera?
-Es inesperado porque esta propuesta definitivamente surgió de un lugar que no esperaba. Pero para mi es lógica en algún punto. La gestión del Gobierno de la Ciudad tiene dos tiempos muy diferentes. Critiqué mucho la primera gestión de Macri pero la segunda, por algunos cambios funcionales, entendió el desafío que tiene por delante y con mucha inteligencia no sólo aceptó el desafío sino que dobló la apuesta. Eso desubicó a mucha gente.

-Resulta dificil entender tu decisión después de todas tus críticas a las políticas ambientales en la ciudad. ¿Fue tan grande el cambio en la segunda gestión de Macri?
-Cuando Piccardo era Ministro de Ambiente y Espacio Público se hicieron desastres y por eso critiqué duramente las políticas desde Greenpeace e incluso organizamos muchas acciones en su contra. Eso cambió con la llegada de Santilli, ahí comienza a haber otro tipo de diálogo. Se decidió tomar en serio la Ley de Basura Cero y plantear objetivos ambiciosos como el compromiso con Greenpeace de reducción de residuos de las 6000 toneladas actuales a 4000 para fines de este año y a 2000 para el año 2015. Acepté este desafío como un paso para hacer que algunas cosas sucedan o acompañar otras que están ocurriendo y son correctas. Aunque no soy del PRO, dedicó participar para profundizar y mejorar la gestión ambiental.

-Si bien marcas una mejora con Santilli, tus críticas al PRO se extendieron hasta después del comienzo de su gestión en 2009. ¿Tardaste en darte cuenta de lo que afirmás hoy?
-En Greenpeace apoyé proyectos del PRO, del FPV, del radicalismo y de la izquierda sencillamente porque eran buenos proyectos. Haciendo política pienso mantener la misma mirada de apertura, aunque sea algo difícil de entender para queines tienen una mirada ideologizada. Se adonde quiero llegar y este es un paso en ese sentido. No coincido 100% con el PRO actualmente ni tampoco lo hacía cuando estaba en Greenpeace. Pero si lo veo como un gobierno que metaboliza muy bien las diferencias.

-Alguno podría pensar que de parte de la gestión tambien puede ser un gesto pragmático convocarte y usar tu imagen ¿Te molesta eso?
-En política todo se usa. Obviamente que podría aportar cierto brillo a la gestión pero si eso está puesto en función de proyectos que yo avalo no tengo ningún problema en firmar o prestar mi imagen. Y si alguna cosa no me gusta tengo ámbitos para discutirlo.

-¿Encontraste alguna limitación o algún tipo de obstáculos para tu labor?
-Estoy realmente sorprendido en ese sentido ya que nadie me pidió rendir cuentas ni que me ponga alguna camiseta o asumir algo más que lo que yo soy. Eso para mi es muy importante.

-Sin embargo, pasó poco tiempo de que asumiste. ¿Podría cambiar esa libertad en el futuro?
-Es poco tiempo pero no son pocas las situaciones en las me podrían haber marcado algún lineamiento y no lo hicieron. A la reunión del C40 en Johanesburgo fui sin una agenda marcada, me reuní con quien quise, di entrevistas y dije lo que quise. Acabo de presentar el plan para el Riachuelo y hasta el momento no cuestionaron nada. Pero a veces preferiría que me señalen algunos límites (risas). Eso no quiere decir que puedo hacer cualquier cosa ya que se tienen que consensuar ciertas cosas. Sin embargo, no se cuales porque todavía no tuve que consensuar nada de lo que propuse y tuve total libertad de acción y decisión. Lo veo como una señal de sumo respeto y reconocimiento a mi trayectoria.

-¿Qué expectativas tenés sobre la gestión ambiental del Gobierno?
-El plan de trabajo de la AprA se centra en el control en la Cuenca Matanza-Riachuelo, es el eje central de la gestión.
Tenemos un borrador del plan de aquí al 2020 y es impresionante lo que se está proponiendo en movilidad pública, energía, biciletas y espacio público. Se van a ensanchar cuarenta plazas por sobre las calles circundantes dejando sólo senderos peatonales y se van a generar además al menos seis grandes parques.

-¿Se han hecho avances reales sobre la basura? Existe alguna controversia acerca de las cifras actuales de 6000 toneladas diarias de basura y no se están dando a conocer las cifras de residuos áridos desde hace tiempo. Además, la reducción en los envíos de basura del 2011-2012 coincide con una baja en el consumo en supermercados y una merma en la actividad inmobiliaria y de la construcción, factores que redujeron significativamente la generación de residuos
-Esa estadística es del CEAMSE, no del Gobierno de la Ciudad, y es la misma que usan los Verdes y Greenpeace. Sé que quedan muchas cosas por corregir y no sólo a nivel de gestión del Gobierno. Sin salirse de la ley, vamos a ver como la mejoramos con la reglamentación porque tal como está es una chantada. No podemos exigirle a los prestadores una serie de parámetros de servicio y a los grandes generadores no demandarles nada. Si no corregimos la ley, estamos destrozando uno de los principios fundamentales de la ley. No consultó a ninguna organización y tengo mucha bronca por eso. Todos se creen unos iluminados pero deberían estudiar.

-Recientemente se reglamentó la Ley de Mitigación del Cambio Climático y está pendiente la tarea de convocar al Consejo Asesor Externo ¿Qué avances se han hecho en ese sentido?
-Vamos a emitir una reglamentación por mes sobre todo lo que está atrasado. En cuanto al Consejo Asesor, lo conforma la misma gente que hoy conforma el Consejo Asesor de la AprA, a los que se va a sumar Miguel Pellerano y quedará abierta la lista para que se sumen aquellos interesados que cumplan los requisitos que establece la Ley. De todas maneras, creo que la ley es muy genérica y aspiracional. Algunas cosas ya se vienen haciendo y seguramente se van a mejorar a través del Consejo Asesor pero hay otras que va a ser muy difícil que la Ciudad pueda hacer.

-¿Cuál fue el resultado de la audiencia pública convocada por el emprendimiento Los Arcos en Palermo?
-Demasiados adjetivos calificativos y poca información. Se pierden oportunidades ya que hay muchas cosas para decir sobre el tema pero con nítidez y precisión y no con amenazas y adjetivos calificativos. La empresa ha cometido un ilícito fenomenal y no entiendo cómo pasó. Yo todavía no estaba acá pero claramente la empresa avanzó con una obra sin seguir los procedimientos que establece la Ley.

¿Es parte de la herencia no deseada?
-Sin dudas, ahora tengo que arreglar las cosas desprolijas y poner a la AprA en el lugar que le corresponde. No puedo resolver el conflicto que tiene IRSA con Fecoba (Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires) ya que excede mis atribuciones. ¿Qué tengo que hacer yo? Atenerme a la ley vigente y exigirle a la empresa que la cumpla. Me molesta que en lugar de confiar en que yo haga eso me pongan promotoras en la puerta de la Agencia repartiendo volantes en los que me piden que rechace el estudio de impacto ambiental porque es falso cuando no lo es.

-A lo largo de la gestión del PRO, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público estuvo siempre encabezado por profesionales de ramas no relacionadas a lo ambiental como un contador y un economista. Cómo evaluas esto?
-Hay una razonabilidad detrás de eso. Para los temas ambientales está la APrA y creo que los que hemos estado sentados aquí estamos relacionados a la temática. En Espacio Público es distinto ya que hay que abordar diversos temas como la basura, que es el contrato más grande en términos presupuestarios que lleva adelante cualquier municipio, y el alumbrado. Cada compra no sólo es una decisión económica sino que implica una negociación con los proveedores que no es sencilla.

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