Agricultura urbana: plantarse de cara al futuro

Desde quienes deciden suministrarse su comida para escapar de los agrotóxicos hasta los que piensan que puede ser una alternativa moral contra el hambre, todos aseguran que la agricultura urbana ha ganado un espacio definitivo en la sociedad y que la verdadera revolución es producirse sus propios alimentos.Agricultura urbana

Hablar de agricultura urbana hace unos siglos hubiese sido impensable. Pero hoy, ante el continuo éxodo del campo a las ciudades, se torna inevitable.

Aún más, cuando tomamos en cuenta que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura, FAO, asegura que en poco tiempo el 88% de la población mundial vivirá en las metrópolis, comprendemos que la ubicua urbanización traerá innumerables dificultades pero sobre todo profundizará el problema de la seguridad alimentaria.

Hasta no hace mucho tiempo, la pobreza y el hambre, eran equivocados, aunque eficaces, sinónimos de las zonas rurales. Pero la constante migración a las ciudades, impulsada por el crecimiento económico, multiplica día a día el número de pobres en la zona urbana y deslegitima aquella alegoría.

Por lo que el suministro de alimentos inocuos y nutritivos se vuelve cada día más complejo,  y alienado. Es en este contexto donde la agricultura urbana se presenta como una respuesta “innovadora” que permite maximizar los reducidos espacios de las ciudades y al mismo tiempo, garantizar alimentos más frescos para los ciudadanos.

Porque la agricultura urbana puede usar cualquier superficie (solares, huertos, terrazas o recipientes). Pero además, gracias a que evita el almacenamiento y las largas travesías desde el campo, puede ofrecer productos más frescos.

Y es esta misma practicidad la que hace de esta alternativa una de las mejores herramientas para alcanzar la tan anhelada seguridad alimentaria.

Bien aplicada, la producción doméstica y el mercado no estructurado aumenta y distribuye la cantidad de alimentos disponibles. Sólo la producción de hortalizas puede llegar a rendir 50 kg de productos frescos al año por metro cuadrado.

Pero además conviene resaltar que tanto a nivel político-filosófico -generar los alimentos que consumimos jerarquiza de un modo más auténtico las necesidades- como a nivel social- permite a las mujeres un empleo que puede ser combinado con el cuidado de sus hijos- la agricultura urbana modificará nuestra relación con los alimentos y con la sociedad.

Consultada por Claves 21, la nutricionista Cynthia Garcia, que además de especializarse en salud pública, trabaja con proyectos sobre agricultura urbana y perirubana en el Estado de Recife en Brasil, confirma esta combinación de beneficios: “Algo importante que decir, es que hoy en día se comen más alimentos procesados e industrializados y cada vez menos productos frescos. Esto termina siendo un problema muy serio para salud pública y podría ser fácilmente solucionado por la agricultura urbana. Pero al mismo tiempo veo que la actividad de plantar es sana ya que se puede considerar terapéutico el contacto con la naturaleza. Y puede ser pensada, además, como una actividad física que inculcada a los chicos desde temprano, puede despertar una mirada más ecológica sobre el mundo.”

Bombas de semillas

Hay diferentes tipos de bombas. Las más conocidas son esas pequeñas bolas formadas por compost, arcillas y semillas que “los jardineros guerrilleros” arrojan intempestivamente en lugares de difícil acceso con el fin de armar pequeñas huertas en el medio de la ciudad.

Y otras son de tiempo. Se van programando para que en algún momento  activen por su cuenta.

Ese es el trabajo que hace Gabriela Robledo hace algunos años. Incansablemente brinda talleres para que quien esté interesado en comenzar a producirse sus propios alimentos cambie definitivamente su relación hacia ellos.

Según Gabriela, todo el mundo puede porque el espacio ha dejado de ser un problema gracias al sistema de  huertas verticales.

Una decena de botellas de plástico oficiando de macetas contra una pared permiten tener una variedad de alimentos nutritivos y sin agrotóxicos. Porque gracias a fertilizantes con ortiga o tratamientos con ajo tampoco es necesario utilizar ningún tipo de veneno en la comida que nos llevaremos a la boca.

Pero además cuenta esta profesora, que quienes nos disponen de muchos espacios pueden coordinar con otros alumnos del taller para plantar diferentes cosas y luego intercambiarlas. Estos talleres duran el tiempo que cada uno esté dispuesto a dedicar. Pero lo ideal es compartir todo el proceso que como mucho puede durar tres meses.

Agricultura urbana en Rosario

Desde los años 80 la ciudad de Rosario atrajo flujos migratorios desde las zonas rurales que se insertaron eficientemente. Pero la aplicación de políticas de corte neoliberal terminaron por generar, hacia el 2001, índices de pobreza cercanos al 68%.

Fue entonces, que con el objetivo de resguardar la seguridad alimentaria en lo inmediato, el gobierno municipal de Rosario retomó el Proyecto de Agricultura Urbana que incluía huertas familiares y comunitarias para  producir alimentos sanos para el autoconsumo.

Pero luego de solucionar estas urgencias, el proyecto fue evolucionando hacia cuestiones más estructurales como por ejemplo, la reintegración de los sectores excluidos al mercado laboral o la generación de redes solidarias de producción, circulación y consumo.

Actualmente el PAU cuenta con 640 huertas para el consumo familiar y comunitario, 140 huertas que producen para la comercialización; 5 ferias de venta semanal bajo el precepto “comercio solidario” y 4 parques huertas que capitalizan como espacio comunitario terrenos urbanos “vacíos”.

En conjunto, el proyecto vincula de forma directa a la producción de hortalizas orgánicas a 10 mil familias desocupadas, lo cual supone, al menos, el auto abastecimiento con verduras de  40 mil personas.

Pisoteando flores

De tanto en tanto asoman las viejas lógicas de represión y propiedad privada. El 18 de mayo del 2009, en un operativo ilegal y desmedido, fue desalojada la huerta comunitaria, Orgázmica, que funcionaba en un terreno recuperado sobre las vías del ex FFCC Sarmiento en Primera junta.

Cincuenta efectivos de la Policía Federal y la policía Ferroviaria, 2 topadoras y un carro de asalto recuperaban de madrugada un modesto terreno de 10  x  10. Una protesta realizada el día posterior para exigir una respuesta adecuada a tamaño abuso, dejó un saldo de 22 detenidos varios heridos.

Esta huerta, al igual que el PAU, había surgido a la luz de los movimientos asamblearios del 2001. Pero a diferencia de aquel, era auto gestionado por un grupo de jóvenes que había recuperado un terreno baldío a través del cuidado de vegetales y la producción de alimentos.

Un proceso regional

Pero esta experiencia no se agota en Argentina. Por ejemplo, Venezuela también la replica con el objetivo de palear el hambre y reducir los costos que le genera la importación de alimentos hoy por hoy.

Según los últimos datos del Banco Mundial, el 94% de su población vive en las ciudades y tan sólo el 6% del PBI viene de la agricultura. Para modificar este ratio, la Revolución Bolivariana implementó un programa de agricultura urbana y  pasó de tener 17,1 millones de toneladas de alimentos producidos en 1998 a 24,6 millones de toneladas en 2010.

Pero este no es el único caso. Actualmente hay muchas otras ciudades que aplican este tipo de programas, entre las que se destacan la de Montevideo en Uruguay y la de Quito en Ecuador.

Algo está pasando

Todos estos movimientos irregulares pero persistentes, que acabamos de ver, nos da la pauta de que aquello que surgió como una alternativa al sistema o una opción para cubrir una necesidad insatisfecha se está transformando en políticas de estado cada día más generalizadas.

Y esto, sumado al incesante trabajo de los actores no institucionalizados comprueba que una idea avasalladora ya está en marcha.

Por lo que, si no se comete el error de volver a tener una mirada netamente mercantil que olvide los lazos sociales que se generan en el contacto con la naturaleza, quizás estemos ante un nuevo periodo que podría modificar las relaciones humanas en su conjunto y el paradigma económico imperante.

 

Fuentes consultadas:

Gabriela Robledo: ga.mrobledo@hotmail.com

Huerta Orgázmica: 4901-2385

Cynthia García: cynthiacastelhana@hotmail.com

 

Foto: Kaz Alting. Licencia CC BY SA.

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