En Argentina los impactos son notorios y varían según la región. Entre los principales efectos, se encuentra el aumento de eventos climáticos extremos, como inundaciones y olas de calor en el área metropolitana de Buenos Aires donde se concentran 12 millones de habitantes, muchos en condiciones habitacionales precarias lo que agudiza el impacto.
La zona del Litoral y la Pampa húmeda se enfrenta a olas de calor y sequías. En la Patagonia, el retroceso de los glaciares es la principal afectación. En el Noroeste, escasez de agua y temperaturas extremas. En la región de Cuyo hay estrés hídrico y cambios en los caudales de los ríos.
Los impactos son múltiples y los desafíos enormes. Repensar el modelo de desarrollo basado en la quema de combustibles fósiles y en la explotación de Vaca Muerta como único camino posible, promover cambios en el uso del suelo a partir de sistemas productivos sustentables, fomentar las energías renovables, regular la expansión de la frontera agrícola, el uso de agrotóxicos, cumplir con el presupuesto de la Ley de Bosques, sancionar una Ley de Humedales, una Ley de Cambio Climático, diseñar una planificación urbana territorial acorde a este nuevo mapa de afectaciones, poner un freno a la deforestación y a la agricultura intensiva cuya rentabilidad queda en pocas manos.