A tres meses del asesinato de cuatro miembros de la comunidad asháninka por parte de madereros ilegales en Perú cerca de la frontera con Brasil, las esposas y familiares responsabilizaron al Gobierno peruano y reclamaron el esclarecimiento del caso.
“¿Qué le voy a decir a mi hijo cuando crezca?”, es lo único que pudo decir una de las viudas de los asháninkas asesinados. “Queremos Justicia”, dijo otra, con notorio dolor e indignación ante un grupo de periodistas ambientales de Latinoamérica convocados por la Fundación Friedrich Ebert (FES) en el marco de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP20).
“La investigación está paralizada. Falta el cuarto cuerpo y los que aparecieron están destrozado”, explicó el abogado que lleva el caso.
“Demandamos categóricamente al Gobierno peruano. Todas las comunidades indígenas estamos siendo afectadas por las concesiones forestales y estamos con miedo. Exigimos justicia para nuestros hermanos”, reclamó el abogado, que es parte de la comunidad asháninka.
“Las viudas están sin protección”, prosiguió el abogado. “Con el asesinato de nuestros cuatro líderes, se amenaza a toda nuestra comunidad”, concluyó.
Por su parte, el Comandante del Ejército de la Nación Asháninka expresó su preocupación: “Nosotros venimos cuidando el oxígeno que dan nuestros árboles. Cuidamos nuestros bosques, y han exterminado a una etnia, un pueblo, una nación. Somos amenazados diariamente”, relató. Pero también advirtió: “Nos estamos organizando. Si en estos días no hay una solución, vamos a pelear. Me está esperando mi pueblo y mi ejército, que está listo”.
Un conflicto de larga data
El conflicto entre los asháninkas y los madereros ilegales en Perú surgió hace 12 años cuando el Gobierno otorgó concesiones forestales sobre territorio indígena.
Desde entonces, las comunidades indígenas reclaman anular la concesión forestal y que les titularicen sus tierras. Esa fue la lucha de Edwin Chota, jefe de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto, asháninka asesinado junto a Francisco Pinedo, Leoncio Quincima Meléndez y Jorge Ríos Pérez.
Para conocer más sobre la lucha de Edwin Chota y los otros asháninkas asesinados, recomendamos este artículo de Juan Arellano.