Santa Fe de la Vera Cruz, la ciudad con el nombre más católico de la Argentina, es tan del interior que todavía se respetan algunas prácticas sagradas, simples y ancestrales. Dormir la siesta es una de ellas. Las siestas de verano en el interior tienen un sonido particular: mezcla de susurros, chicharras y ese ruido interno que emana del cuerpo cuando el calor se apodera de los huesos.
“Nos espantamos los mosquitos, y tomamos tereré con hielo hasta las once de la noche, mientras encendemos espirales y nos ahogamos con el humoâ€.
Es el tipo de calor que burbujea en el cuerpo, que hierve en la piel, que pesa tanto que no es posible distinguirlo de cualquier otro estado de ánimo. Precisamente eso es el calor en Santa Fe, un estado de ánimo. Temperaturas tan altas que chamuscan el espíritu, las ganas, la iniciativa, que convierten la respiración en un estado de latencia, en un letargo.
Calor de verdad, calor que quema las suelas de las ojotas y es una piña certera al abrir la puerta, calor caprichoso que se cuela por las hendijas de las ventanas; calor húmedo que asfixia y convierte cabelleras en montes, y vías respiratorias en autopistas colapsadas por las que el aire no goza de libre circulación.
El verano argentino no comienza con la placa de Crónica TV anunciando la llegada de la estación estival. Tampoco comienza cuando uno toma conciencia de la no necesidad del abrigo. No, no. El verano comienza con las notas repetitivas y poco profundas de los noteros en el micro centro, preguntando a los porteños cómo hacen para combatir el calor. Porque, como dice ese dicho sabio, Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires. ¿Cómo hacen? sobreviven en la selva de cemento, hasta que emponchados en abrigos, responden a la pregunta del notero de turno ¿Cómo hacen para combatir el frío?
En el interior, como es sabido, todo es distinto. En Santa Fe no es posible dilucidar cuándo verdaderamente comienza el verano, más allá de fecha estipulada, acordada y aceptada en este hemisferio. Porque el calor no es una sensación, no es un evento pasajero, no es una mera estación. Cuando hace calor, no se puede pensar en otra cosa ya que la mente queda secuestrada en un laberinto sofocado de pensamientos que sólo giran en torno a un concepto: ¡Por Dios qué calor!
La alfombra roja, la nieve y el chico que nunca ganaba
“El cambio climático es algo real y está ocurriendo ahora mismo”. El 28 de Febrero de 2016, Leonardo DiCaprio ganó (finalmente) un Oscar como Mejor Actor Protagónico por su participación en “el Renacido†(The Reverant) del director mexicano Alejandro González Iñárritu. Por supuesto, es conocido su activismo por la causa ambiental, por lo que no llamó la atención su discurso de agradecimiento, en el que de manera directa, simple, y sin palabrería científica expuso la problemática que atraviesa el medio ambiente.
“En 2015 tuvimos el año más caliente, tuvimos que movernos para buscar nieve. El cambio climático es algo real y está ocurriendo ahora mismo, es la amenaza más urgente que enfrenta nuestra especie. Tenemos que trabajar de manera colectiva, no seguir dejando las cosas para después. Tenemos que apoyar a líderes en el mundo que no hablen en nombre de las grandes corporaciones y grandes contaminantes sino por la humanidad, por los pueblos indígenas, por los millones y millones de personas más afectadas por esto, por los hijos de nuestros hijos y por toda esa gente que ha visto sus voces acalladas por la política de la codicia. No demos por sentado nuestro planeta”.
Sencillo y contundente. El cambio climático es una amenaza. Ahora mismo. Las soluciones, debatidas en congresos, cumbres y reuniones deben surgir del común acuerdo y de la cooperación entre los gobiernos que entienden terminantemente que el cambio climático amenaza sus economías, sus tierras, sus ríos, sus recursos naturales, sus ciclos productivos, el aire que respiran y la salud de su población.
El cambio climático, aquel tema recurrente en documentales de televisión, fundamento de películas sobre el fin del mundo, punto de partida de libros completos, de investigaciones serias, de pronósticos a corto plazo y de profecías catastróficas, es definido como “un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables.â€Â (Naciones Unidas, 1992).
¿De qué hablamos cuando hablamos de calentamiento global?
Consecuencia del cambio climático, el calentamiento global es el incremento en el promedio de temperatura de la atmósfera terrestre que puede ocasionar cambios en el clima global. Así, en el portal web de la NASA es posible hallar datos por demás de preocupantes: “El calentamiento total de la tierra y océanos en el período de 1850 a 1900 y el 2003 a 2012 ha mostrado un incremento de 0.78ºC (0.72 a 0.85 ºC)â€.
Entender el tema desde lo real, desde lo concreto, y lo cotidiano, es necesario para abordar el tema; pues el calentamiento global es tan real como el calor inhumano de las madrugadas santafesinas. Del mismo modo, analizar en profundidad este fenómeno, cada día más naturalizado y palpable, es advertir su relación directa con las altísimas emisiones de gases de efecto invernadero resultante del crecimiento económico sostenido, derivado del aumento poblacional. En otros términos, el accionar de la población es el factor clave para entender el daño provocado al planeta, pues los porcentajes de emisiones de gases de efecto invernadero son enteramente responsabilidad humana.
En el año 2014, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) elaboró el Quinto Informe de Evaluación. Allí, entre otras informaciones recabadas, se encuentran los porcentajes del aumento de la concentración de los gases de efecto invernadero según sectores.
 Energía 35% (generación de energía eléctrica y calor)
 Agricultura 24% (bosques y otros usos del suelo)
 Industria y desecho 21%
 Transporte 14%
 Construcción 6%
Estos números no hacen más que graficar la responsabilidad humana sobre el cambio climático.
Santa Fe, el lugar de los inviernos distraídos
Si bien Santa Fe es lo que sucede entre inundación e inundación, también es (históricamente) sinónimo de calor. Los santafesinos son esas raras avis que nacen, crecen, se desarrollan y mueren, en una ciudad donde siempre hace calor. O donde casi nunca hace frío. O donde el invierno es tímido, o donde el calor es un fanático enfermizo.
Ubicada en el centro-este de la Argentina, Santa Fe es la capital de la provincia que lleva el mismo nombre y además de ser un punto neurálgico de la llanura pampeana es uno de los centros económicos productivos más importantes del país.
¿Por qué esta provincia es uno de los centros productivos del país? La última recopilación de datos de la Federación Industrial de Santa Fe arrojó estos resultados:
• En la provincia hay seis parques industriales en las localidades de Sauce Viejo, Reconquista, Rafaela, Alvear, Venado Tuerto y Avellaneda.
• Las áreas industriales con nivel de infraestructura menor que los parques industriales se encuentran en San Lorenzo, Las Toscas, Villa Ocampo, Las Parejas, Sunchales y Carcaraña.
• Santa Fe es la región donde se produce más del 50% de las maquinarias agrícolas del país. Numerosas industrias alimenticias y metal-mecánicas se encuentran en la región capital de la provincia y sobre el río Paraná. También hay industrias procesadoras de aceite vegetal, y representan al 53% de la capacidad de molienda del país.
• Frigoríficos: con una faena que supera a los 2 millones de cabezas (que representan el 20% del total del país.)
• Molienda de trigo con el 40% total nacional.
• Siderúrgicas, una de las más importantes, de acero semi- integrado, laminados que abastece de hierro a todo el país.
• Química y petroquímica, representan al 4.10% del total de locales industriales de la provincia.
• Metalmecánicas, el 17% se dedican a la fabricación de productos metálicos y el 26% fabrica maquinarias y equipos
• Automotriz, se radicó en la zona una empresa internacional para la fabricación de autos para el mercado interno y la exportación.
• Productos minerales no metalmecánicos, como fábricas de cerámicas manuales, cristalerías con talleres de tallado y pulido.
• La industria láctea es la primera a nivel nacional, ya que produce el 35% del total del país. En la provincia están radicadas tres de las cinco empresas más importantes del país.
Ciudad litoraleña como pocas, recostada a orillas de la laguna Setúbal, Santa Fe recibe la influencia de los ríos Paraná y Salado que la bordean y le regalan un clima templado pampeano, variación del clima subtropical húmedo.
Este clima, limítrofe con la franja de clima subtropical, define las temperaturas de gran parte de la provincia de Entre Ríos, y del centro y sur de Santa Fe y puede definirse, ni más ni menos, por la falta de un período frío determinado. Es decir, que si bien las cuatro estaciones están medianamente definidas, los inviernos son irregulares y cortos, por lo que es muy habitual experimentar temperaturas superiores a los 20 grados centígrados en pleno mes de julio.
“Una camperita de hilo, y la remera mangas cortas debajo, por las dudas, las ojotas siempre a mano, y las botas de invierno con una vida útil de una semana, dos como muchoâ€.
Los vientos con mayor influencia sobre la provincia y en especial sobre la ciudad son los del noreste, cálidos y húmedos, originados en el anticiclón Atlántico. Cabe mencionarse la presencia de una masa de aire frío y seco que avanza desde el suroeste conocida como El Pampero. Y por ultima la Sudestada que aporta su alto contenido de humedad y el Viento Norte que eleva las temperaturas. De este modo, las altísimas temperaturas en verano, se deben a la presencia de una masa de aire tropical cálido y húmedo, con rebeldes y obstinados vientos del norte.
Según el Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) “En verano, las temperaturas van de 22°C alcanzando como máximo los 38°C, y hasta 43°C; con un promedio de 27°C. El calor se hace notar en Santa Fe desde octubre – noviembre y continúa hasta pasados los primeros días de abril.â€
Los chicos del Parque Garay
El calentamiento global, es ese hilo tenso que se debate en grandes convenciones y salones repletos de aires acondicionados, y que siempre se corta por el lado más fino: los olvidados, los vulnerables/vulnerados, aquellos sectores marginales de la población tristemente acostumbrados a vivir en condiciones socio- económicas deplorables. Ellos sufren siempre los efectos del cambio climático. Para ellos si es real. Para ellos la mitigación y la adaptación si son acciones de necesidad y urgencia. Aunque no lo sepan, a pesar de su desconocimiento.
“En algunas hacía tanto calor que sus habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asiento a la sombra de los almendros y hacían la siesta sentados en plena calleâ€. LA SIESTA DEL MARTES de Gabriel García Márquez. Los funerales de la Mamá Grande (1962).
En Santa Fe, el fútbol también contribuye con unos graditos en las olas de calor. Rivalidad histórica, folclórica, violenta y presente en el ADN social santafesino, Unión y Colón, del mismo modo que las unen, dividen pasiones, multitudes y familias enteras. A cinco cuadras del Club Atlético Unión, funciona la Escuela Primaria Nocturna para Jóvenes y Adultos Nº 2504. Alfredo, que no falta casi nunca porque cursa los talleres de mimbrería, tiene 45 años y está cursando el tercer nivel. Algo así como un séptimo grado. Vive en Barranquitas con su esposa y cree que nunca sufrió un golpe de calor. Para él, el calor santafesino es insoportable y lo combate tomando agua, y sentándose a la sombra de los árboles. Porque ese es el aire acondicionado de los pobres. La sombra de un árbol.
Alfredo comparte aula con Exequiel, Rubén y Miguel íngel que también viven en Barranquitas, uno de los barrios más inseguros y pobres de la ciudad. Barranquitas es noticia todas las mañanas por hechos delictivos que van desde asesinatos entre bandas hasta venta de drogas y trata de personas ligada a la prostitución.
Tienen, 21, 17 y 19 años. Ellos combaten el calor yendo al Parque Garay, lugar que lleva el nombre del fundador de la ciudad. Un espacio público de dudosa higiene y de escaso mantenimiento municipal, donde es posible bañarse en grandes piletones, además de pescar todo tipo de bacterias e infecciones. Porque el cambio climático también es la cruda realidad de un par de pibes que se meten con ropa en un caldo de cultivo de agua caliente y sucia.
Los bendecidos que cuentan con aires acondicionados, esos ángeles blancos especialistas en consumo desmedido, se escudan en la frase: “lo prendo un ratito para sacar la humedad†y lo endiosan dejándolo encendido toda la jornada. O lo que dure la fiesta, según el humor y los recursos de la Empresa Provincial de Energía. Y entonces, cuando la EPE “corta la luzâ€, todos los ciudadanos se parecen, se igualan y se compadecen mutuamente. Los nenes que juegan en el parque Garay y los nenes que juegan en el play-room de los barrios privados de la zona oeste de la ciudad.
Todos tienen calor. Todos sienten lo mismo. Todos son simples mortales sufriendo el sopor de un impiadoso enero.
El mismísimo instante en que los ventiladores dejan de girar, la tele se apaga y las computadoras fallecen, en ese preciso momento se escucha un silencio de un segundo de eterna duración que confirma la certeza. La EPE cortó la luz. Y luego de ese silencio fugaz, en el que es posible escuchar el baile del calor en las chapas, sobreviene la puteada colectiva. Porque Santa Fe es un pueblo grande, y todo se escucha.
“Esto no puede seguir, algo va a pasar, que llueva por favor, es inhumano para las criaturas, que no corten la luz nuevamente, nos vamos a cocinar, se pudre la comida en la heladera, esto es culpa de los edificios que tienen tres aires por departamento, en la Casa de Gobierno seguro no cortan la luz, cómo hacen los hospitalesâ€. Y toda clase de insultos, enojos y repentinas ráfagas de empatía con los necesitados, que persisten mientras haya oscuridad.
Lo que mata es la humedad (y las térmicas que no miden igual)
“Nuestro organismo cuenta con un mecanismo de termorregulación para adaptarse a las diferentes temperaturas. En la mayoría de las ocasiones la temperatura corporal excede a la del ambiente, por lo cual disipa la mayor parte de calor generado mediante radiación y convección. Sin embargo cuando la temperatura ambiental, es igual o superior a la de la superficie corporal, la trasferencia de calor se invierte y el único medio eficaz para disminuir la temperatura corporal es la evaporación, mediante perdida insensibles a través de los pulmones (hiperventilación) o a través de la piel (sudoración), cabe destacar que este mecanismo pierde parte de su eficacia cuando el grado de humedad ambiental es elevadoâ€.
La doctora Antonella Gamba (Matrícula Nº7461), lo expresa muy florido y académico. Pero como buena santafesina sabe en carne propia que la humedad transforma estas temperaturas en verdaderos infiernos de sensación térmica.
Transpiran los pisos de las casas, de los colectivos, de los hospitales, lloran las paredes, los patios de las escuelas se convierten en barriales, los alérgicos escalan posiciones y son más alérgicos, las narices presas de la rinitis viven su momento de gloria y los asmáticos se preparan para planear sus próximos días con los corticoides en el bolsillo.
Si el calor nubla los sentidos, la térmica también surte su efecto, y lo dejó bien en claro al postularse como la estrella de la temporada verano 2015. El debate mediático y científico fue el 12 de Febrero. ¿Qué sucedió?
Para la estación climatológica del Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM), dependiente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL, la sensación térmica de ese viernes de febrero a las 13.31 horas era de 62,5º C. Un verdadero infierno. Literal y físicamente hablando. Un delirio de la naturaleza.
Por su parte, Jorge Coghlan, el director del Observatorio Astronómico y Museo del Espacio de la cuidad tildó de blooper dicha información, pues según su mirada, si esos números eran reales, el hecho sería un fenómeno mundial e histórico sin precedentes.
La escala mundial y la trascendencia histórica, no pudieron ser (otra vez será) pero Santa Fe, fue la noticia del día en todos los medios nacionales. Por ser la sensación térmica más alta del país y por batir todos los récords de consumo energético, alguna vez pensados.
Los dimes y diretes entre el Centro y el Observatorio, giraron en torno a los conocimientos específicos de cada uno.
“Que vos sabes de astronomía, que no opines del clima, que midieron mal, que vergí¼enza, que mejor sigas mirando las estrellas.†Controversias, equivocaciones, certezas o fallas técnicas, cualquier excusa fue buena herramienta para posicionar al atractivo turístico de la ciudad en la agenda. (Porque el calor es un atractivo turístico en estas zonas, como los mosquitos y el río).
“El cambio climático incrementará la frecuencia, severidad y duración de muchos tipos de eventos climáticos extremos como lluvias fuertes, olas de calor, tormentas intensas y suba del nivel del marâ€. CAMBIO CLIMíTICO 2013. Bases físicas. Resumen para responsables de políticas.
Olas de calor: la amenaza silenciosa
El calor es parte de la ciudad, de las anécdotas; el calor marca recuerdos y momentos cruciales.
¿Te acordás el calor que hacia ese día?
“Nos casamos el día que más calor hizo el añoâ€
“El día que naciste los aires no tirabanâ€
“Dormimos en los sillones del patio, porque adentro no se podía estarâ€
“En Agosto en tu cumpleaños, teníamos musculosaâ€
¿Y ese día que te bajaste del colectivo, para comprarte una botella de agua en el kiosco porque pensaste que te desmayabas?
¿Y el día que colgué la ropa para que se seque y se secó en cinco minutos? Cinco minutos reales.
Si el clima colabora en la construcción de la cultura de un lugar, los efectos del cambio climático lo hacen aún más, pues definen la salud de sus habitantes, su educación, los cambios en sus costumbres y actividades, sus horarios y los gastos en medicamentos. Entonces el calor intenso, agobiante, con máximas increíbles y sensaciones térmicas demenciales, debe analizarse como un factor exógeno que amenaza directamente el funcionamiento natural del cuerpo.
“Una señora de unos 80 años. El cuarto a oscuras, ni un ventilador prendido, la ropa pegada al cuerpo, apática y sin ganas de nada. La piel seca y un cuadro de deshidratación galopante. La viejita no quería tomar liquido, y el hijo se asustó y llamo a la guardiaâ€.
La médica santafesina Antonella Gamba acostumbrada a deambular en ambulancias de guardia, observó este tipo de escena repetidamente durante el verano pasado.
“Las cuatro urgencias por calor más prevalentes en nuestra provincia son los calambres musculares, síncope por calor, agotamiento por calor y el golpe de calorâ€.
El Manual de Medicina de Urgencias y Emergencias de Luis Jiménez Murillo y F. Javier Montero Pérez, especifica y explica estos cuadros, consecuencias del calor.
Los calambres por calor se producen típicamente en jóvenes que realizan un ejercicio físico intenso y que reponen las pérdidas por sudoración sólo con líquidos, sin aporte salino. Se diagnostica por la presencia de espasmos dolorosos de la musculatura voluntaria, y sí realizáramos análisis de sangre podríamos encontrarnos una hiponatremia aislada. Por lo general duran minutos y son de curso benigno.
Por su parte, el síncope por calor afecta a personas mayores fundamentalmente debido a que la adaptación al calor, conlleva una vasodilatación cutánea, con pérdida de fluidos y un inadecuado retorno venoso, lo que conllevará una perfusión cerebral inadecuada. Se trata de un cuadro auto-limitado.
De todos modos, el agotamiento por calor es el síndrome por calor más común, se presenta tanto en individuos físicamente activos como sedentarios, y es especialmente frecuente en los ancianos con patologías cardiacas sometidas a tratamiento con diuréticos. El cuadro se desarrolla con síntomas inespecíficos como sudoración profusa, sed, debilidad muscular, hipotensión, taquicardia, cefalea, vómitos, diarrea.
Lo que define al golpe de calor es la hipertermia, que es la alteración del estado de conciencia y anhidrosis (entendida como la disminución o ausencia de sudoración ante estímulos de esfuerzo, estrés o calor) junto con el antecedente de exposición solar o ejercicio físico intenso. La temperatura suele ser superior a 40º y la disfunción del sistema nervioso se atribuye a edema cerebral, hemorragias petequiales difusas. Otras manifestaciones neurológicas incluyen agitación psicomotriz, convulsiones; hasta puede llevar al coma. La afección cardíaca es menos frecuente, pero se han descripto casos de dilatación y disfunción ventricular. En cuanto a la alteración de la función renal, generalmente se presenta como insuficiencia renal aguda. La afección músculo esquelética se relaciona, con más frecuencia con el ejercicio físico intenso o complicaciones de convulsiones generalizadas.
Los grupos de riesgo son:
• Bebés y niños especialmente menores de 1 año (porque su cuerpo posee menor capacidad para regular su temperatura)
• Personas mayores de 65 años, (sobre todo mayores de 80 años.)
• Personas con problema de memoria, trastornos mentales, problemas de comportamiento, con dificultades de comprensión y de orientación o que sean dependientes de otras personas en su vida diaria.
• Personas que estén tomando ciertos medicamentos, como: tranquilizantes, antidepresivos, antipsicóticos, anticolinérgicos, diuréticos y determinados antihipertensivos.
• Personas con enfermedades crónicas de tipo cardiovascular, cerebro-vascular, obesidad, desnutrición, diabetes, Parkinson, insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, enfermedades vasculares periféricas, enfermedad de Alzheimer o enfermedades relacionadas.
• Personas febriles o con patologías agudas.
• Personas con quemaduras
• Personas que consuman sustancias psicoactivas: alcohol y drogas
• Personas que hayan tenido anteriormente dificultades de adaptación al calor.
Ciertas condiciones de vida o de trabajo también pueden acentuar los riesgos relacionados con el calor: – ausencia de sistema de refrigeración en el habitáculo de difícil refrigeración (último piso de un inmueble, aislamiento deficiente, etc.) – práctica de deporte con intensidad – trabajos físicos de gran esfuerzo (trabajos manuales en el exterior, construcción de inmuebles, etc.) – procesos laborales que generan calor (fundición, tintorerías, panaderías, etc.) – aislamiento social.
Comprender que el aumento de las temperaturas a nivel mundial y las cada vez más frecuentes olas de calor, son consecuencia del cambio climático, es observar la problemática ambiental desde una óptica más humana, más compleja (desde la salud y desde lo social) y sobre todo más real.
Proteger el medio ambiente: el negocio del futuro
“Las emisiones continuas de gases de efecto invernadero causarán un mayor calentamiento y nuevos cambios en todos los componentes del sistema climático. Para contener el cambio climático, será necesario reducir de forma sustancial y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero. {6, 11–14}â€. CAMBIO CLIMíTICO 2013. Bases físicas. Resumen para responsables de políticas.
¿Es posible frenar el cambio climático? ¿Es utópico pensar en la utilización de energías limpias o renovables? ¿Es una locura reclamar a los gobiernos la quita de subsidios al uso de combustibles fósiles? ¿Alguien propone una solución distinta para que Alfredo no se siente bajo la sombra de un árbol?
La esperanza depende de un dígito y de un cambio de conciencia colectiva, total y concluyente. Es posible mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales, si existe un verdadero recorte a las emisiones de gases de efecto invernadero. Verdadero y sincero, como el esfuerzo que deberán emprender las potencias mundiales, los países en vías de desarrollo y los organismos gubernamentales y de control.
Hernán Nadal es Director de Comunicación y Movilización pública de Greenpeace Andino en Argentina, Chile y Colombia. En relación a la posición argentina frente a las emisiones de gases de efecto invernadero considera que: “El acuerdo de Paris marcó un cambio en lo discursivo por parte del Estado Argentino. En principio, el Gobierno Nacional dice que quiere avanzar con medidas para eliminar las causas del cambio climático.†Sin embargo, siempre el sin embargo…… “Sin embargo en la práctica no es tan así. Por ejemplo, Argentina está financiando con U$S5000 millones a las petroleras, en lugar de invertir ese dinero en energías renovablesâ€.
¿Mitigación y adaptación?
Es bueno reiterar que el carácter benigno del clima santafesino permite altísimos rendimientos de la producción agropecuaria. Santa Fe es la mezcla perfecta entre buen clima, suelos fértiles y tierras excelentemente consideradas y positivamente cotizadas por los grandes empresarios rurales del país. Esta “tradición†agropecuaria es la que posibilita el cultivo de especies con alto valor maderero. Santa Fe se ubica tercera en la Argentina, en relación a la capacidad industrial para la transformación de productos forestales, es decir industrias de celulosa, tableros, construcción, aserraderos, y muebles.
Si bien las medidas económicas y el curso productivo de la localidad, escapan (claramente) a los parámetros y a las medidas de mitigación contra el cambio climático, actividades industriales como las anteriormente mencionadas, no hacen más que ahondar y ensanchar la grieta, entre lo dicho y lo realizado. Teoría y práctica. Discurso y realidad.
El Gobierno de la Ciudad de Santa Fe propone, en una pestaña de Gestión de Riesgos de su página web, una lista de consejos elaborada por el Ministerio de Salud, para prevenir los golpes de calor. Este hecho mínimo y casi inocente, es también reflejo de esa dicotomía discursiva que denunciaba Hernán Nadal de Greenpeace, este decir públicamente una cosa, prometer, y no cumplir ni una letra. ¿Consejos para prevenir golpes de calor es todo lo que puede hacer el gobierno de una ciudad donde la temperatura llega a los 50 grados centígrados, y donde cada verano empeora la situación?
Ciertas medidas esperanzadoras permiten pensar que no todo está perdido, proyectos de jóvenes políticos y de políticos con recorrido que entienden que las emisiones de gases de efecto invernadero, son una realidad, que el calentamiento global es ahora, en tiempo presente, que las soluciones deben pensarse ya e implementarse de manera urgente. Políticos y ciudadanos de a pie que comprenden que el mejor negocio del futuro, la mejor decisión, y la alianza más provechosa es cuidar el medio ambiente.
Es sabido que las características geográficas y climáticas de la ciudad propician, sobre todo en verano, temperaturas excesivamente altas. Esas características son necesarias para analizar la posición de Santa Fe respecto a las temperaturas. Ahora bien, el hecho de que cada verano las temperaturas continúen aumentado y las sensaciones térmicas, más allá de las discusiones, sean las más elevadas del país, no es una anécdota para dejar pasar por alto. El calor santafesino, no es una nota de color en el noticiero. Es una problemática real. Real con todas las letras. Sufrida por la población, por los grupos de riesgos, por ancianos y niños, por enfermos, y más aún padecido por el grupo de riesgo que no abandona esa clasificación con el correr de las estaciones: los pobres.
Mientras el frío sea un visitante ocasional, el calentamiento global será una temática para abordar en el ahora inmediato, que deberá pensarse e instaurarse como una política de Estado, pues el cambio climático profundiza la pobreza y atenta contra la dignidad humana.
Entonces ¿hay soluciones? Respuestas inmediatas y mágicas no son la solución a ninguna problemática con aristas y dimensiones tan abarcativas como el calentamiento global. De todas maneras, la educación y la información de calidad, siempre son armas necesarias; por eso la importancia de organismos como el Panel Intergubernamental del Cambio Climático. Saber para huir de la ignorancia, conocer las causas, para prever las consecuencias, aprender a mitigar y a adaptar, enseñar a conservar, educar en la renovación, moldear a nuevos profesionales de todos los ámbitos académicos sensibles al cuidado del medio ambiente.
Preguntarnos qué es el cambio climático y cuál es su relación directa con el calentamiento global es acercarnos a la complejidad del tema. El Quinto Informe nos invita a entenderlo como una amenaza directa contra la salud y la seguridad humana; una amenaza contra las economías regionales, y el sistema de comercio global.
Tal vez debamos ser los “Renacidos†de este siglo. Renacidos a las nuevas energías no contaminantes, renacidos a una nueva conciencia ambiental, aquellos renacidos que desisten de las formas tradicionales de producción, tal vez debamos renacer a un ambiente sano, en el que la actividad humana no sea una amenaza. Renacidos que dicen basta a un sistema que atrasa con políticas estructurales que no atienden a las problemáticas reales de este siglo en el que el calentamiento global es un punto de inflexión innegable, comprobable y fuera de discusión.
Agradecimientos:
A los chicos y jóvenes, y adultos de la Escuela Nº 2504, por responder mis preguntas. A su docente, Clara Cavallin.
A la jovencísima doctora Antonella Gamba, por su mente brillante y sus palabras difíciles.
A Hernán Nadal Director de Comunicación y Movilización pública de Greenpeace Andino (Argentina, Chile y Colombia), por su respuesta atenta, rápida y virtual.
Al Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM), dependiente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral, por su buena predisposición y respuestas.
Nota: el presente artículo fue realizado en el marco del Curso sobre Cambio Climático para Periodistas organizado por Claves21.com.ar con el apoyo de Earth Journalism Network. Se trata de una de las historias destacadas de dicho programa de capacitación online.Â