Con la llegada de las bajas temperaturas se destacan sistemas ecológicos para calentar el hogar que no contaminan y ahorran energía.
Las primeras bajas temperaturas empiezan a aparecer en Argentina y las preguntas de cómo calefaccionar el hogar se multiplican en los locales de venta. El calentamiento global hace necesario buscar alternativas más eficientes y sustentables que los sistemas tradicionales. Un alto consumo de gas y electricidad, uso indiscriminado de leña y producción de monóxido de carbono son algunos de los problemas que se pueden evitar con los nuevos equipos.
Previo a decidir que sistema utilizar, es importante determinar ciertos criterios al construir una casa o un edificio. Son cada vez más los arquitectos que tienen en cuenta las condiciones climáticas del lugar para la construcción, la elección de materiales, la distribución y el tamaño de las ventanas.
“Si se proyecta mal un edificio, se va a consumir más energía innecesaria. Lo más sustentable es considerar la orientación y la implantación de la construcción. Se puede aprovechar con técnicas pasivas el calentamiento del sol pero en verano ese mismo calor nos puede jugar en contraâ€, afirma el arquitecto Guillermo Brunzini.
Una vez finalizada la construcción se puede empezar a pensar en un sistema de calefacción. Las variantes más difundidas en el mercado significan muchas veces un riesgo para la salud y son poco eficientes pero de a poco empiezan a aparecer nuevas opciones.
Los paneles calefactores ya están instalados en el mercado y son cada vez más conocidos por los consumidores. Diseñado para permanecer encendido por largas horas, este sistema brinda una temperatura cálida en el ambiente con un muy bajo consumo de energía eléctrica. Además, no contamina el ambiente ya que no se produce combustión alguna.
“No consume oxigeno y no emana monóxido de carbono, humo, ni ningún otro tipo de gases tóxicos. Tampoco reseca el aire ni provoca recalentamiento en la tomas de corriente. Es muy silencioso y apunta a la toma de conciencia acerca del uso eficiente de la energíaâ€, describe Javier Papaleo, gerente comercial de Calor-Plac.
El equipo funciona gracias a la transferencia de calor mediante convención. El panel caliente el aire que lo rodea. Al tomar temperatura, el aire disminuye su densidad y se eleva en el ambiente, dejando lugar a otra capa de aire más denso. Este proceso se repite continuamente.
Energía solar, una opción alternativa
Ante la creciente escasez de energías no renovables por su excesivo uso, aparecen como una opción necesaria las energías alternativas. Algunas casas ya cuentan en su diseño inicial con paneles solares para proveer de luz o de calefacción. Luis Emilio Petit es dueño de la empresa Calefón Solar Térmico y comercializa en Entre Ríos calefones solares.
“La radiación solar incide sobre una placa metálica pintada de negro. La misma transmite el calor a las cañerías de agua y la temperatura que se obtuvo de día no se pierde a la noche. No hay contaminación de ningún tipo y a pesar de que el costo inicial es más elevado que los calefones tradicionales se lo amortiza rapidamenteâ€, sostiene Petit.
Con los equipos, Petit asegura que se logra un ahorro de 70% de energía, considerando que hay un 80% de días de sol aprovechables. Además cuenta su experiencia ya que con el calefón solar pasó de gastar un tubo de gas por mes a un tubo y medio por año.
Alto rendimiento y efectividad
Una de las técnicas con más alto rendimiento son los pisos radiantes. Los mismos pueden funcionar con el agua que se calienta por calefactores solares o a través de energía eléctrica que puede regularse en cada ambiente. El calor se expande rápida y uniformemente por toda la casa, alcanzando una distribución homogénea.
“Al no existir convección de aire, las partículas de polvo e impurezas no se mueven, haciendo que el aire sea de mayor calidad. Con este sistema se logra un ahorro de energía respecto a los radiadores del 30%. Se calienta de abajo hacia arriba de forma uniforme consiguiendo una climatización confortableâ€, afirma Petit.
Por último, vale destacar también a las salamandras, las cuales presentan una versión mejorada respecto de las tradicionales. Gracias a su sistema de doble combustión, en donde la leña se quema dos veces, se logra reducir el consumo de la misma en un 40%, permitiendo en cierto modo regular la tala indiscriminada.
“Al aprovechar casi el 100% de la leña se liberan menos gases combustibles y partículas sólidas al ambiente, lo que ayuda a reducir la polución ambiental y la posibilidad de incendios. El calor se logra por convección y el ambiente se calefacciona sin humo ni olorâ€, describe Facundo Cáceres de la empresa Tromen Salamandras.