La contaminación de la ropa convencional lleva a que cada vez más emprendedores se vuelquen a una alternativa ecológica y responsable.
Seguramente sean pocos los que se preguntan que hay detrás de la remera o el pantalón que acaban de comprar en el local de la marca reconocida. Pero al hacerlo descubrirían que la mayoría de los materiales con los que fabrican sus productos generan no sólo contaminación sino que también son un riesgo para la salud.
Nylon, poliéster, rayón y muchos otros son materiales sintéticos que desde su elaboración hasta que se convierten en ropa pasan por diferentes procesos, uno más contaminante que el otro. Además, las tinturas, los broches, los cierres y los accesorios también implican un gran impacto ambiental.
Ante ello, son cada vez más los diseñadores que deciden ofrecer una alternativa sustentable al momento de adquirir una prenda. Son productos hechos con materias primas renovables que incluso son de mayor calidad que la ropa convencional.
Cubreme es un emprendimiento de Alejandra Gotelli que desarrolla abrigos, sweaters, vestidos, ropa cómoda para la casa y accesorios. Trabajan en función de los principios del comercio justo y utilizan fibras naturales autóctonas de Sudamérica.
“Las fibras animales que usamos son obtenidas de la esquila de especies domésticas de la región andino patagónica y andino cuyana. Estos animales son creados por pequeños productores de manera natural. Además, utilizamos algodón agroecológico que es producido y recolectado en el Chacoâ€, sostiene Gotelli.
Estas fibras se transforman en telas gracias al uso de telares manuales. Cada prenda es terminada en talleres de sastrería que le dan el toque de alta costura que la colección de Cubreme muestra. “Los tres valores principales son la ética comercial, equidad social y el equilibrio ambientalâ€, afirma la diseñadora.
Por su parte, Chunchino es la primera marca de indumentaria para bebés que fabrica las prendas con algodón agroecológico. El mismo es cultivado sin agroquímicos y teniendo en cuenta los ciclos naturales de la tierra, sin producir agotamiento de los suelos. La confección se realiza en cooperativas y el packaging es en base a caña de bambú y cartón.
“Por el hecho de estar recibiendo un ser humano en el planeta, las nuevas mamás y su entorno son los más permeables a recibir un mensaje sustentable. Nuestro objetivo es modificar el aprendizaje de los consumidoresâ€, evalúa Ileana Lacabanne, titular del emprendimiento.
Chunchino ofrece una línea de 21 modelos de ropa para bebes de hasta tres meses, pero la idea es ampliarlo hasta 12. En su venta online, ofrecen un descuento para los consumidores responsables que puedan responder unas preguntas sobre el proceso de producción de las prendas. Con ello, buscan generar más conciencia en sus clientes.
Tecnología aplicada al medioambiente
Indarra.DTX desarrolla prendas de indumentaria innovadoras, que proveen a sus usuarios beneficios y prestaciones especiales, integrando tecnología y tratamientos en textiles, con materiales naturales, biodegradables y/o de fuente renovable.
Los productos están elaborados con algodón ecológico, bambú, poliéster reciclado de botellas de PET y lyocell, todas fibras que no utilizan ningún químico en sus procesos productivos. Los estampados son al agua y se utilizan colorantes sin solventes.
“El packaging es de plástico reciclado, con diseños funcionales para fomentar su reutilización. Las etiquetas y la papelería de identificación son de papel reciclado y las bolsas cuentan con procesos que las transforman en degradablesâ€, afirma Julieta Gayoso, titular del emprendimiento.
Cada prenda de Indarra realiza una función determinada. Así, se destacan camperas con paneles solares para recolectar energía y cargar celulares o mp3, pantalones con joysticks para manejar ipods desde la prenda, chalecos con tratamientos antimanchas y remeras con propiedades antimicrobianas, antialérgicas y con protección UV.
Foto: Gentileza Cubreme