Organizaciones sociales alertan que la agenda del G20 cambió su interés inicial en las energías renovables por el gas, a contramano de los compromisos de descarbonización. A nivel nacional, este giro reabre la polémica por los impactos ambientales del fracking, el método para extraer combustibles fósiles que ya se practica en el país.
El grupo de afinidad C20, integrado por los referentes de la sociedad civil que lideran la relación de este sector con el G20, le entregó al presidente Mauricio Macri sus recomendaciones para ser discutidas en noviembre. El documento incluyó asuntos de la agenda climática, como las estrategias de transición energética y la necesidad de quitar los subsidios a los combustibles fósiles.
La Argentina tiene una oportunidad única de influir en los gobiernos del G20 de cara a la Cumbre del Clima (COP24) por ser la anfitriona de este evento de importancia mundial. El grupo “Ambiente, Clima y Energía” del C20 vino trabajando desde abril de este año en construir un documento que sintetice las posiciones de cientos de organizaciones de la sociedad civil del mundo y que sea incluido en la agenda de ministros.
Pero las recomendaciones fueron entregadas a la presidencia en un momento en el que las discusiones centrales del G20 comenzaron a privilegiar el gas al hablar de energía y clima.
Para Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la agenda del G20 dio un giro a medio año desde un interés en las energías renovables hacia el gas.
“Los países del G20 tuvieron dos reuniones este año, una en febrero y otra en junio. Al principio la agenda abordaba temas como la transición a la economía baja en carbono, el Acuerdo de París, la Agenda 2030 de la ONU. Pero entre la segunda reunión y la declaración final de ministros se dieron cambios estratégicos de contenido. En junio, el workshop estuvo dedicado al gas y se lo propuso como el combustible del futuro”, indicó el directivo de FARN y cuestionó que la agenda haya pasado de hablar del gas como energía de transición a destino final.
“Aunque el gas es el menos malo de los combustibles fósiles, estamos en desacuerdo en tomarlo como combustible de transición y menos como destino final. Creemos que todos los combustibles fósiles deben ir reduciendo su participación progresivamente a lo largo del tiempo si realmente queremos cumplir con el Acuerdo de París”, indicó Maurtua.
Maurtua Konstantinidis es coordinador local del grupo de trabajo “Ambiente, Clima y Energía” del C20 y junto a la organización Climate Action Network es responsable de liderar el proceso de discusiones de la sociedad civil donde el tema de las energías ha sido el más controversial. La influencia de Vaca Muerta, el segundo yacimiento de gas de esquisto más grande del mundo ubicado en la provincia argentina de Neuquén, es una de las razones de este giro de prioridades, indica el Asesor político en Cambio Climático. Y es que las promesas de trabajo, desarrollo económico e independencia energética han logrado movilizar a los ministros del mundo.
Las organizaciones del C20 cuestionaron esta importancia otorgada al gas, sobre todo en un contexto de desinversión en combustibles fósiles. Como el caso de Irlanda que se acaba de convertir en el primer país del mundo en aprobar la desinversión de combustibles fósiles a partir de una ley aprobada por el Parlamento irlandés. O como el fondo soberano de Noruega, el más grande del mundo, que inició este camino en 2017 cuando anunció la desinversión de todo el capital que tiene en acciones de empresas de gas y petróleo.
“El mundo está empezando hoy a tomar decisiones en contra de los combustibles fósiles. Ya saben que no pueden apostar en inversiones que duren 50 años y el gran problema de los hidrocarburos es que todo lo que se invierta hoy va a condicionar el futuro de la Argentina. Los tiempos de las inversiones en el sector de hidrocarburos son de largo plazo y prometen una recuperación en décadas. Si comenzamos hoy a invertir en Vaca Muerta, cuando el mundo ya no quiera el gas de la Argentina, el país todavía tendrá inversiones que recuperar, todavía tendrá muchos trabajadores que mantener”, afirma Maurtua Konstantinidis. Por eso una de las recomendaciones centrales del documento del C20 es cumplir con los compromisos del G20 para crear estrategias de descarbonización de largo plazo, indica el asesor.
Otra de las recomendaciones del C20 gira en torno a los subsidios a los combustibles fósiles. Se propone iniciar una transición para eliminar toda forma de subsidios, en línea con los compromisos de 2009 del G20. Se recomienda a los ministros establecer una fecha específica de eliminación gradual, idealmente alineada con la fecha final 2025 del G7.
En temas de subsidios, el caso del yacimiento de Vaca Muerta ha suscitado mucha polémica dentro del C20, sobre todo por la resolución 46 emitida por el Gobierno anterior que fija el precio del gas de Neuquén hasta 2021. Para Maurtua Konstantinidis, fijar el precio del gas implica subsidiar la ganancia de las petroleras, al tiempo que se eliminan los subsidios a los consumidores o usuarios, en referencia al tarifazo.
Pero para el diputado nacional Juan Carlos Villalonga el tema de los subsidios es más complejo e involucra la sostenibilidad económica de las provincias argentinas. “Si bien considero que es necesario avanzar progresivamente en la eliminación de los subsidios. No considero que el barril criollo y el precio fijo en Neuquén sea un subsidio a las petroleras, sino más bien es un subsidio a las provincias. Porque si no subsidiás el gas es muy difícil su extracción y las regalías del petróleo dejan de llegar a las provincias y el empleo depende de eso. Hay que ir a esa quita de subsidios pero de forma gradual”.
Villalonga considera que en cierta manera los subsidios apuestan por la economía regional y evitan la fuga de dólares que terminan “quemándose” al comprar el combustible en el exterior. Hoy la dependencia es muy alta, el 87% de la energía de la Argentina tiene base en el combustible fósil. No se puede en el corto plazo tener ese mismo porcentaje en renovables”.
Asimismo, considera al gas como un combustible de transición por tener cualidades importantes para acompañar la transición hacia las renovables. “Además de generar menos emisiones de carbono que otros combustibles fósiles, el gas tiene una flexibilidad necesaria para poder responder a la demanda de la matriz de renovables que tienen fluctuaciones naturales. Es decir, las terminales de gas pueden prenderse y apagarse más rápido que las de carbón y por eso pueden responder mejor a las demandas cuando las renovables no respondan”.
Finalmente, Villalonga destacó los riesgos de las inversiones a largo plazo en Vaca Muerta en un momento donde el mundo ya arrancó con el proceso de descarbonización. Indicó que recibió muy bien el anuncio del ministro de Energía, Javier Iguacel, a principios de mes, que puso fin al subsidio del shale gas en Neuquén, ya que permitirá abrir nuevamente la discusión sobre el modelo económico del gas en Argentina.
Los riesgos ambientales de Vaca Muerta
Vaca Muerta no sólo genera polémica dentro del C20, sino que para muchos ambientalistas el principal temor es el método empleado para su explotación: la fractura hidráulica o “fracking“. Se trata de una técnica de extracción de gas mediante el cual se fractura la roca y se inyectan millones de litros de agua a alta presión, mezclada con arena y una serie de aditivos químicos.
Este tipo de la explotación tiene comprobados impactos ambientales negativos, sobre todo por el consumo y contaminación del agua. El antecedente más inmediato de impactos ambientales es el caso de la petrolera Chevron que fue condenada por delitos de contaminación en Ecuador en 2012 y obligada a pagar una multa de miles de millones de dólares por sus impactos contra las comunidades indígenas. En ese momento la empresa se negó a pagar la multa y, por resolución judicial, se buscó embargar sus activos en Argentina donde en una sociedad con YPF iniciaba sus exploraciones en los yacimientos en Neuquén. Finalmente la justicia falló a favor de Chevron y pudo conservar su patrimonio.
La petrolera avanzó sin problema. A partir de ese momento el gobierno de Cristina Kirchner instaló un régimen promocional para la inversión en hidrocarburos a través del decreto 929/13 que permitía el fracking.
En aquel momento, la Asociación de Abogados Ambientalistas de la Patagonia se movilizó y llevó adelante una acción judicial contra el decreto por desconocer las obligaciones de la legislación ambiental que exigían evaluaciones de impacto ambiental previas a la ejecución de los proyectos petroleros.
“La Asociación realizó una denuncia por inconstitucionalidad contra ese decreto porque habilitaba el método conocido como ‘fracking’. Las explotaciones petroleras requieren un análisis de impacto ambiental previo a su ejecución, que claramente indicaría las consecuencias ambientales de este método. No pudimos avanzar, la justicia decía que ya existían obligaciones en el decreto. Pero estas obligaciones eran incluidas en clausulas pequeñas, como la letra chica de los contratos que no lee nadie y no referían a evaluaciones integrales de impacto. Sabemos que se realizaron otras acciones judiciales en Neuquén y Mendoza pero también salieron rechazadas”, dijo Mariano Aguilar, presidente de la Asociación de Abogados Ambientalistas de la Patagonia, en una entrevista con Claves21.
Mientras tanto el mundo gira contra el fracking y arranca la carrera para prohibirlo. En 2016, el Gobierno alemán aprobó una moratoria después de años de controversia acerca de sus riesgos medioambientales. En Francia lo prohibió el propio tribunal constitucional a pesar de haber acuerdos previos con la firma Total para hacer fracking en territorio francés.
La única provincia de la Argentina que va en línea con esta tendencia es Entre Ríos que recientemente se declaró la primera en el país “libre de fracking“ a partir de una ley de 2017. “Se especula que esta ley surge por su límite geográfico con la central de uranio en Atucha y por los riesgos de efectos sísmicos en esta zona y que se convierta en Chernobyl”, indicó Aguilar.
En el marco de las discusiones del G20 y previo a las elecciones generales de 2019, resulta clave abrir un debate nacional sobre las implicancias del decreto 929/13 y sobre la explotación de Vaca Muerta mediante fracking. Cualquier avance en materia de inversiones y subsidios deberá también incluir una discusión sobre el cómo lograr el desarrollo económico de la Argentina.