Sin candidatos para las elecciones legislativas del 27 de octubre que hayan realizado propuestas ambientales, Fernando Pino Solanas decidió dar un paso adelante y tomar el rol de defensor del medio ambiente con su nuevo documental “La guerra del frackingâ€. Una movida estratégica para ganar más votos, a pesar de que la película en sí no añade nada nuevo al debate sobre el fracking en Argentina.
Solanas tomó como punto de partida la represión policial en Neuquén al votarse el acuerdo YPF-Chevrón para analizar los movimientos sociales de resistencia contra el fracking y el impacto que ésta técnica tiene en el medio ambiente, elementos que ya habían sido analizados en documentales previos de otros autores. El candidato de UNEN viajó a Entre Ríos, Neuquén y Río Negro junto con la socióloga Maristella Svampa y el economista Felix Herrero para hablar con comunidades afectadas por el fracking.
Como en sus previos documentales Tierra Sublevada y Oro Negro, Solanas divide esta nueva película en capítulos donde se alternan crónicas y material de archivo con historias emocionantes de trabajadores, comunidades indígenas e ingenieros en oposición al fracking. El candidato de UNEN expresa su acuerdo con la posición ambientalista, a pesar de no entrevistar a ningún grupo ecologista ni a representantes de empresas petroleras.
El documental cuestiona el acuerdo firmado entre YPF y Chevrón para explotar Vaca Muerta y lo considera inconstitucional, luego de que incluso el mismo Solanas haya presentado un amparo contra el proyecto. El documentalista describe a la empresa norteamericana como “el diablo†y usa material de archivo para mostrar el daño causado por Chevrón en Ecuador, incluyendo una entrevista al premio nobel Adolfo Pérez Ezquivel.
Pero no solo el medio ambiente de Ecuador es descripto en la película. Solanas hace foco en la contaminación del agua producida en comunidades de Río Negro y Neuquén por el fracking. De acuerdo a organizaciones ambientalistas y a estudios realizados, la técnica utiliza grandes cantidades de agua que deben ser transportadas hasta el lugar de extracción. Químicos cancerígenos utilizados pueden contaminar los acuíferos, afectando el agua potable de la población.
Solanas reclama el desarrollo de energías verdes en Argentina como eólica, solar y termodinámica, un reclamo histórico de grupos ambientalistas criticado de costoso por empresas petroleras. Al mismo tiempo, el documentalista asegura que todavía existen recursos hidrocarburíferos convencionales que no han sido explotados en Argentina.
Más allá de los valiosos testimonies de las comunidades indígenas, La guerra del fracking no añade nada nuevo al debate sobre el fracking en Argentina y su creación parece tener fines electorales más que medio ambientales. Una gran oportunidad para debatir el impacto de dicha técnica en el medio ambiente queda desperdiciada y probablmente sin añadir votos para UNEN considerando las variadas posturas de sus candidatos con respecto a los recursos no convencionales de petróleo y gas.
Foto licencia CC. Festival Internacional de Cine de Guadalajara