Las poblaciones marinas a nivel mundial se redujeron a la mitad en los últimos 40 años, con algunas alcanzando una disminución del 75%, de acuerdo al reciente informe Océano Vivo de la Organización Mundial de Conservación (WWF).
Estos hallazgos representan un problema para todos los países, principalmente, para aquellos en desarrollo que utilizan el ecosistema y sus componentes para el sostenimiento de economía y los medios de vida de la población.
El informe revela que las especies esenciales para la pesca comercial y de subsistencia pueden sufrir los mayores descensos en sus poblaciones. Remarcando la severa caída en las poblaciones de peces comerciales, la publicación detalla la dramática pérdida de 74% de las familias de peces que son utilizadas para consumo humano, como atunes, caballas y bonitos.
Mientras que la sobreexplotación se identifica como la mayor amenaza para la biodiversidad del océano, el estudio descubrió que el cambio climático está causando que el océano cambie más rápido que en cualquier otro momento en millones de años. El aumento de las temperaturas y la acidificación (es decir, el aumento de los niveles de acidez del agua) causada por el dióxido de carbono, agravan los impactos negativos de la sobrepesca, la contaminación y la degradación del hábitat.
“La sobrepesca, la destrucción de los hábitats marinos y el cambio climático tienen consecuencias nefastas para toda la población humana, siendo las comunidades más pobres que dependen del mar las más afectadasâ€, dijo Marco Lambertini, Director General de WWF Internacional.
A la fuerte caída en las poblaciones de peces se suma una reducción de los arrecifes de coral, que podrían desaparecer en todo el mundo para 2050, como resultado del cambio climático. Con más del 25% de todas las especies marinas que viven en los arrecifes de coral y unas 850 millones de personas que se benefician directamente de sus servicios, la pérdida de los arrecifes de coral representaría una grave extinción con consecuencias dramáticas para el hombre.
El informe detalla las oportunidades que tienen los gobiernos, las empresas y las comunidades para asegurar un océano vivo. Las medidas importantes para preservar los recursos oceánicos incluyen preservar y reconstruir el capital natural marino, el consumo responsable y dar prioridad a la sostenibilidad.
“La buena noticia es que existen soluciones y sabemos lo que hay que hacer. El océano es un recurso renovable que puede beneficiar a las generaciones futuras si las amenazas son tratadas efectivamente “, dijo Lambertini.
Foto: Gentileza Fundación Vida Silvestre