Las Oyas, entre el desierto y la sal

Las Oyas es una población del interior. Está ubicada en el noroeste de Córdoba a unos 70Km de la ciudad de Cruz del Eje, muy cerca del límite con la provincia de Santiago del Estero, y en el borde de una región conocida como Salinas Grandes. Los grandes problemas claramente identificables en Las Oyas son la inexistencia total de agua potable a nivel superficial, electricidad, gas, transporte, comunicación, servicios de salud y la falta de oferta educativa que exceda el nivel primario.

Las Oyas, Córdoba

Este caserío no figura en ningún mapa, en ninguna escala. Allí, viven aproximadamente 15 familias con una población de poco más de 40 habitantes.

Sin agua no hay vida

Sin duda la ausencia completa de agua dulce potable y de fácil acceso representa la cuestión central a solucionar.

Asumiendo que si bien, las restantes necesidades manifestadas líneas arriba, son de primera categoría también, no se comparan con la ausencia total del elemento vital en cuestión. Ya que sin él la supervivencia es imposible.

Las Oyas acceso al aguaEl único recurso hídrico a su alcance es el que obtienen de sus propios pozos, pero en condiciones de salobridad. Lo que les permite, únicamente, realizar ciertas actividades entre las cuales se destacan lavado de ropa y utensilios, higiene personal, no de la más apropiada ya que sus cuerpos se ven perjudicados por el alto contenido de la sal, y también el abrevadero de animales. Entendiendo con esto último que, el ganado también padece las consecuencias orgánicas de ingerir este líquido bajo condición tal.

La única opción de obtener alguna pequeña cantidad de agua potable para consumo humano -sin recorrer grandes extensiones- es la existencia de un motor a gasolina que se encuentra en la escuela primaria allí ubicada. No obstante, no es simple. Ya que, para bombear el agua del pozo, hace falta nafta. Y las condiciones económicas locales provocan que en la mayoría de las ocasiones los pobladores se vean imposibilitados de adquirir combustible.

Para contextualizar esta situación debemos destacar la lejanía y aislamiento territorial que padecen estas familias que moran en el mencionado paraje. El abastecimiento de cualquier tipo de insumo implica recorrer aproximadamente distancias mínimas de 14 km – Paraje Los Leones, donde una vez por semana llega un vendedor ambulante con productos básicos-. Las condiciones de transporte son, paradójicamente, inexistentes o significativamente precarias. Un sulky tirado a lomo de burro, una vieja moto y, en ocasiones, algún auto quedado en el tiempo, circulan en las huellas de sal, arena y guadales que señalan la ruta hacia la comuna de Guanaco Muerto, situada a unos 30 km.

En caso de alguna emergencia o gestión de índole administrativa, cabe destacar que las distancias no bajan de los 70 km, es decir, el arribo obligado a la ciudad de Cruz del Eje. En esta instancia las complicaciones económicas y de transportes se incrementan con cada kilómetro, teniendo como opción viable un colectivo que pasa día por medio por la comuna de Guanaco Muerto.

Calidad de Vida en Las Oyas

¿Cómo sería vivir los 365 días del año sin calefacción o ventilación, sin electricidad, o gas? No hablemos de Tv, Internet, señal de celular u otros complementos, suntuarios para aquellos moradores de Las Oyas. Solo en algunas ocasiones cuentan con una radio derruida que funciona cuando han podido conseguir alguna pila.

Te preguntaste cómo harías para vivir sin baño y por ende con dificultades para higienizarte.

Estos pobladores de Las Oyas, olvidados por la estirpe política, enfrentan cada día estos desafíos. Lo que en este caso para nosotros, es una situación incómoda y extrema, tristemente se ve naturalizada en el marco de una rutina alejada de las urbes y de lo que podemos denominar como “patrón estándar de vida”.

Para obtener su alimento suelen recurrir a la actividad de la caza. Diferentes ejemplares silvestres como los quirquinchos, ñandúes, pecaríes, o corzuelas son los platos principales, combinados con algunas gallinas, cabras o vacas que crían con este fin y para la venta, único sustento económico con el que cuentan. En realidad la cría de cabras es la actividad principal, pudiendo concretar algunas ventas al año a un cabritero que suele arribar por estas latitudes.

La cocina – por la ausencia de gas- es en base a la leña que consiguen del mermado monte, leña que también utilizan para cobijarse del frio en las épocas más extremas.

Las Oyas: Una consecuencia del cambio climático

La conducta de la humanidad como factor desencadenante de catástrofes climáticas y ecosistémicas que afectan todo tipo de diversidad biológica, incluyéndose a sí misma como especie en la lista, es una realidad de la cual los pobladores de Las Oyas no están ajenos.

Sobre este tema, en el año 2010, Ramón Rodriguez , poblador de Las Oyas, nos relataba como el río donde se bañaban y donde los animales de la zona podían beber, para aquel entonces ya se encontraba completamente seco hacía aproximadamente 4 años. Esta fuente de agua se ubicaba en el ingreso al caserío.

Otros vecinos, Juan Arias y su esposa Teresa, nos indicaban que el régimen de lluvias se había visto modificado en los últimos años. Anteriormente las primeras precipitaciones se percibían para Agosto/Septiembre, extendiéndose hasta los primeros meses otoñales. No obstante, la situación ha cambiado drásticamente. Y en la actualidad solo llueve entre noviembre y febrero.

Si bien el cambio climático es la conjunción de diversos factores de base antrópica en todo el planeta, en la Provincia de Córdoba podemos observar un hecho puntual: la deforestación intensiva del bosque nativo. Que ha dejado en pie menos del 3% del mismo, y que en un marco más amplio, implica la pérdida del 80 % de bosques en todo el país. Así vemos que los focos de evapotranspiración son prácticamente inexistentes. Perjudicando en verdad el circuito del agua, colaborando en un desbalance de elementos que raramente vuelven luego a su estado original, y que no dan aliento alguno para actividades como los cultivos.

Solidaridad:

Falta de Agua potable, servicios de todo tipo, falta de trabajo sostenible, y el padecimiento de llevar adelante una calidad de vida que no debería condecirse con el siglo en que vivimos, es la regla.

No obstante, organizaciones como Conciencia Solidaria ONG, quienes no solo asisten a esta comunidad sino que han realizado un trabajo documental audiovisual inédito para difundir esta problemática, así como también el Grupo “Una Gota de Salud”, dan a este inhóspito paraje, un aire de renovación.

Este equipo de periodistas conversó con el referente de Una Gota de Salud, la Dra. Susana Roldán:

Una gota de salud Las OyasP: ¿Cuándo surge Una Gota de Salud?

S.R.: Hace unos ocho años cuando me encontraba transitando por estas zonas y me di con muchas necesidades, con cosas muy dolorosas. Decidí venir. Y dije, bueno, algo puedo hacer.

P: ¿Quiénes forman parte de Una Gota de Salud?

S.R.: Somos un grupo de personas afines, médicos, enfermeros, odontólogos y voluntarios que venimos todos los meses a estos parajes.

P: ¿Cómo asisten las necesidades?

S.R.: Asistimos desde el punto de vista sanitario. El objetivo nuestro es la salud. Y dentro de esto está el estado nutricional y sobretodo en el caso de los niños es lo que más me ha preocupado en estos años. Ahora, tenemos relativamente controlado a todo este grupo que es de riesgo. Muy abandonados, muy olvidados.

P: ¿Cuáles son las enfermedades más comunes que se encuentran?

S.R.: Generalmente en los adultos, chagas, hipertensión, diabetes, artrosis, problemas gástricos debido a la alimentación que tienen. Y niños, desnutrición, parasitosis, mucha alergia por el tema de las salinas y el grave problema de la falta de agua.

P: ¿Objetivos a futuro?

S.R.: Poder armar otro puesto sanitario más. Brindarle a la gente unas paredes un techo, para poder ser atendidos como un ser humano más. Son hermanos.

P: ¿Qué le decís a la población?

S.R.: Una reflexión. La pobreza no es no tener una vivienda digna, no es no tener para comer, no es no tener un abrigo. La pobreza es el olvido que tenemos hacia estas personas.

Reflexiones:

Sin duda la realidad de las Oyas, es una réplica de tantas otras que se encuentran en los diferentes confines de nuestro país. Estos argentinos, como tantos otros, son confinados, entonces, a vivir en condiciones paupérrimas de vida. Motivada situación, por la ignorancia absoluta de la casta política de turno, que de tanto en tanto se acuerdan de ellos para sumar algún voto, y muchas veces, siquiera eso. Para palear las coyunturas detalladas, se encuentra evidenciada la poderosa acción social que ejercen organizaciones del orden de lo civil. Más, para poder trabajar sobre cambios estructurales y cuestiones de fondo, que conllevan intrínsecamente cambios a largo plazo debe ser la población mayoritaria que se digne a clamar por un genuino viraje. Es el motivo fundamental de ser de este tipo de artículos, que sirvan para remover del letargo a una sociedad civil que vive la vida a través de la pantalla de la tv, por medio de discursos proselitistas, o cuando pega el oído a la radio. Sabemos que no es esta la forma más adecuada de sostenerse como ciudadano. El reconocerse como sujeto de derechos pero también portador de deberes y obligaciones insoslayables, como ejercer la genuina Democracia, no comienza ni concluye con el acto de sufragar. Ella nos exhorta a viva voz que seamos hacedores de un país más justo para todos los que habitamos La Patria. Lo sabemos, es el camino.

Video: Documental Las Oyas, entre el desierto y la sal

Video: Entrevista a Susana Roldán, de Una Gota de Salud

 

El presente artículo recibió el 2do. premio del Concurso de Periodismo Ambiental 2013 de la Revista Claves21.

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